Por Roberto Veras.
Hay varias características de una persona que las llevará lejos en la vida y una de ellas es la gratitud, y lo digo pues, muchos “amigos” de Juan de los Santos, se beneficiaron con su muerte.
Recuerdo haber escrito un artículo tres meses después de su muerte, titulado (JUANCITO EL GRAN OLVIDADO) y en esa misma fecha nació un movimiento en un restaurante de la avenida San Vicente de Paul, titulado “JUANCITO VIVE”.
Yo quiero saber, ¿Dónde están esas personas que dirigen ese movimiento o solo fue un movimiento para beneficiar aspiraciones legislativas?
¿Dónde están los miembros del Comité Central y del Comité Político que decían ser amigos de juan de los Santos cuando este era alcalde y lo revestía un aura de poder?
¿Dónde está aquel diputado que le profesaba lealtad y admiración, y hoy no se digna de reclamar al presidente de la república que cumpla con la palabra empeñada de designar la parada del metro que está frente a Megacentro con el nombre de Juan de los Santos?
Un hombre que carece de gratitud es probable que no obtendrá lo que desea y eso lo veremos en las elecciones del 2020.
La gratitud solo es cultivada por gente humilde, recuerdo que diez personas desesperadas se acercaron a Jesús pidiendo ayuda.
Jesús se apiadó de ellos y los sanó. Para la mayor sorpresa de Jesús, solo uno regresó para reconocer lo que Jesús había hecho en su vida, y lo más sorprendente es que este fue el más improbable que viniera; porque él era un extranjero y un samaritano.
Pregunto ¿Alguna vez le has dado tu confianza a alguien y deseó no haberlo hecho? Claro que sí, pero, mientras hallan personas que recordemos el legado de JUANCITO su vida y su historia no perecerá.